La Musicoterapia
«La música puede dar nombre a lo innombrable y comunicar lo desconocido»
Leonard Bernstein
De todos es sabido la importancia que tiene la música en nuestras vidas. Sabemos que no es necesaria para la supervivencia, pero no nos imaginamos sin ella. ¿Por qué? Porque nuestro mundo emocional y espiritual también necesitan nutrirse.
Sin darnos cuenta, elegimos una música cuando nos levantamos para activarnos, para ayudarnos a comenzar el día. Elegimos otra más calmada cuando estamos nerviosos o alterados o, al contrario, una música “potente” para canalizar esas emociones ya sea cantando a la vez o incluso, bailando. A veces la empleamos también para facilitarnos el hacer ejercicio o limpiar la casa, cuando son tareas que nos cuestan. Y otras, para ayudarnos a crear intimidad con alguien. Pues bien, todas estas iniciativas confirman que la música tiene un poder terapéutico y que, a algún nivel, nosotros lo sabemos aprovechar de manera sabia e intuitiva. Si damos una vuelta de tuerca más y profundizamos en el lenguaje de la música y en el análisis de qué parámetros musicales ayudan a tener ciertos resultados terapéuticos a un nivel mayor o más profundo, entonces estamos hablando de EL PODER TERAPÉUTICO DE LA MÚSICA: MUSICOTERAPIA.
Como músico y musicoterapeuta, siempre he creído y experimentado el poder de la música para conectar de inmediato con nuestras emociones, para crear intimidad con otras personas, para celebrar y sentirnos unidos con los demás.
Mi principal ilusión hoy es poder llevar la música a todo tipo de personas, con sus distintos contextos y circunstancias, facilitándoles su desarrollo a través de propuestas e intercambios con la música.